Lucha libre, cultura inigualable

Lucha libre, cultura inigualable

julio 12, 2022

Rudos vs Técnicos, rivalidad para toda la vida.

Un cuadrilátero, máscaras, luchadores, colores, aficiones, rudos contra técnicos y adrenalina, son base de uno de los deportes más simbólicos de los mexicanos, la lucha libre.

Desde tiempos a blanco y negro, la lucha libre ha sido motivo de reunión familiar en las arenas en donde se lleva a cabo este espectáculo cultural, se tiene registro de la primera lucha por un campeonato profesional llevada a cabo en 1922 en nuestro país, según datos proporcionados por la Secretaría de Cultura de la capital del país, pero no fue hasta los años 50´s que esta comenzó a transmitirse por televisión, provocando una popularidad amplia entre los mexicanos que disfrutan de ver este deporte.

En el año 2018, la lucha libre fue nombrada “Patrimonio Cultural Intangible” justo en la Ciudad de México, al firmar un decreto para realizar dicha acción, en dónde se reconoce a este deporte junto con las creencias, prácticas, representación, transmisión, técnicas como parte cultural del país mexicano y que además forma parte ya de un gran plano de las representaciones escénicas.

La Arena Coliseo de Guadalajara, la Arena México en CDMX, entre otras, han albergado a un sinfín de luchadores que se han destacado por sus grandes atributos a la hora de luchar arriba de un cuadrilátero, teniendo como grandes referentes a las grandes empresas de la lucha libre como los son la Triple AAA y la CMLL, teniendo los ojos puestos dentro de la llamada “Catedral de la Lucha Libre” en el país.

Es de vital importancia recordar los luchadores que han marcado pauta y huella dentro de este deporte, como lo son: El Santo, Blue Demon, Perro Aguayo, Rayo de Jalisco, Mil Máscaras, Tinieblas, Dr. Wagner, entre otros grandes luchadores que han sido pioneros en la creación de lo que hoy conocemos y que además han dejado plasmado para la posteridad en distintos filmes del cine de oro mexicano, que sin duda quedarán en la memoria del pueblo para recordar y revivir esos momentos de gloria.

  • Alejandro Servín